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sábado, 16 de febrero de 2013

Xàbia, adelanto del próximo verano

Xàbia es el paraíso próximo y posible para muchos valencianos que en las últimas décadas han visto cómo una localidad tranquila se transformaba en un concurrido centro de ocio y turismo, plagado de nuevas urbanizaciones. Pese a la aglomeración y bullicio estival, mantiene su belleza en parajes y recónditas calas que descubre Ana Noguera en esta propuesta para estrenar el próximo verano.
"Un día ideal sería comenzar con un baño de mar en Cala Blanca, el Portixol o la Granadella y después acercarse a la isla del Portixol o del Descubridor", dice Noguera. "Luego, tomar el sol contemplando el cielo, las crestas de las montañas y los pinos que serpentean a lo largo de las curvas empinadas. Después de comer, un descanso en la playa del Arenal para un helado o un café, quizás en el Parador, una atalaya frente al mar".
Tras una siesta reparadora, Noguera sugiere pasear por alguno de los senderos que esconde Xàbia entre el monte y el mar, llegar hasta la ermita de Santa Lucía. "O un recorrido por el casco histórico en el entorno de la Iglesia de San Bartolomé o la zona del puerto bajo las faldas del Montgó".
La ruta prosigue hasta el cabo de la Nao, imponente mirador de toda la costa y uno de sus lugares preferidos para meditar y tomar decisiones importantes. "Aunque estemos agotados de todo el día de marcha merece la pena terminarlo disfrutando de las propuestas culturales de Xàbia", señala Noguera. "En verano se puede escuchar música al aire libre, asistir al festival de jazz, ver cine en la playa o disfrutar con el ajedrez viviente".

Mesa y mantel

Noguera sugiere varios lugares donde reponer fuerzas. La Barraca en el Portixol, el restaurante de alta cocina Rodat, La Mezquida y la pizzería Pepa del Arenal, el preferido de su hija, Laura. En cuanto al menú no hay dudas. "Empecemos con unos entrantes de salazones, pulpo seco, cocas de tomate, y una sepia a la plancha. Continuemos con un buen arroz a banda o un pescado fresco. Lo acompañamos de un vino blanco alicantino muy fresco. Y terminamos con unos dulces de almendra y una mistela".

Recuerdos

"El cabo de la Nao es uno de mis refugios personales", confiesa Noguera. "Acudo allí siempre que tengo problemas, que necesito aclarar ideas, tomar decisiones importantes o, sencillamente, porque soy feliz. Me encanta observar el vuelo de las gaviotas, la lejanía de los barcos empequeñecidos por la altura y la inmensidad del mar. Muchas de las decisiones políticas que he tomado o de los cambios de rumbo que he dado en mi vida, los he compartido con mi marido en el cabo de la Nao, donde he pasado ratos inolvidables".

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